La vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, le contó a EL TIEMPO detalles sobre la reunión con el embajador ruso en Colombia, Nikolay K. Tavdumadze, y habló sobre las medidas para proteger las elecciones de algunas amenazas cibernéticas desde el extranjero.
¿Básicamente de qué se habló con el embajador ruso?
Tuvimos una conversación franca y directa. Le manifestamos la preocupación del Gobierno respecto a la creciente cooperación rusa con Venezuela en defensa, equipos militares y tecnología. Pusimos en la mesa nuestra inquietud de que ello pueda desembocar en una amenaza para Colombia, dado el riesgo de que estas armas terminen en manos de grupos armados ilegales que operan a ambos lados de la frontera. Le recordé al embajador la importancia de contar con el certificado de usuario final que garantice que las armas vendidas por Rusia a Venezuela, no lleguen a manos de terceros. El embajador ruso nos dio la garantía de que eso no sucederá.
¿La preocupación es que armamento ruso llegue a grupos irregulares?
Nuestra principal preocupación es que las Farc -disidencias, el Eln, la nueva marquetalia, grupos que se camuflan en la frontera, con la complicidad de la dictadura, puedan terminar usando este armamento para secuestrar, amedrentar a la población civil, hacer atentados terroristas y atentar cobardemente contra nuestra Fuerza Pública. La comunidad internacional está obligada a cumplir el Derecho Internacional. Lo que esperamos de todos los miembros de Naciones Unidas es la garantía de cumplir la resolución que obliga a que ningún país apoye el terrorismo.
¿Hay indicios de que eso puede pasar?
Nuestra obligación en materia de seguridad nacional es estar alerta ante cualquier amenaza.
¿Para el Gobierno este incidente ya quedó superado?
Lo más importante es la garantía del gobierno ruso, a través de su Embajador, de que esa venta de equipo militar y el entrenamiento que dan los militares rusos a los venezolanos sobre el manejo de equipo, mantenimiento y cambio de partes no será utilizado jamás para amenazar a Colombia ni poner en riesgo la estabilidad regional. La Cancillería, en todo caso, está atenta, siempre que hay algún tipo de preocupación, a transmitirla por vía diplomática y pedir las explicaciones que correspondan.
¿El tema de Rusia fue uno de los ejes del diálogo de alto nivel con Estados Unidos?
La reunión estuvo centrada en el compromiso conjunto de seguir reduciendo el narcotráfico, fortaleciendo la cooperación y todas las capacidades del Estado colombiano para enfrentar grupos terroristas, residuales y disidencias de las Farc, como la nueva marquetalia o cualquier otro criminal que genere amenazas o que lleguen a afectar la seguridad nacional. Así mismo hablamos sobre la próxima Cumbre de Las Américas y los desafíos de generar más crecimiento y empleos para que cada país ofrezca oportunidades a sus ciudadanos con lo cual debe reducirse la migración.
Colombia, al igual que América Latina, rechaza cualquier influencia extra regional que pueda llegar a generar riesgos para nuestros países y, por supuesto, compartimos con ellos la preocupación por lo que viene sucediendo en Arauca con actores armados a lado y lado de la frontera.
¿Sienten que, con esto de Rusia, Colombia puede quedar en medio de esa disputa geopolítica en Europa del Este?
Nuestro diálogo con la Embajada rusa en Colombia responde a una preocupación sobre un hecho particular en la frontera colombiana y esperamos que lo que suceda en otras latitudes nunca tenga consecuencias en América Latina. Compartimos la preocupación que hay en la comunidad internacional y apoyamos la búsqueda, a través de todos medios diplomáticos, de una solución pacífica a la crisis de Ucrania.
Estados Unidos expresó temor que fuerzas extrañas puedan intentar afectar las elecciones. ¿El Gobierno también tiene ese temor?
Más que temor, tenemos una responsabilidad de estar alerta, de no bajar la guardia para garantizar que el proceso electoral cuente con todas las garantías y que haya una elección libre de amenazas o interferencias mediante manipulaciones y narrativas malintencionadas a través de Internet y las redes sociales. Ya ha habido experiencias internacionales que nos indican que hay que estar muy atentos. Tenemos que seguir trabajando con todos nuestros aliados internacionales en identificar y hacer la trazabilidad de dineros, de tecnologías y del uso de redes entre otras.
Entrevista publicada en El Tiempo
https://bit.ly/3GTEO77
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