Controversia

Hace 23 años – en 1997 – uno de los hermanos de Marta Lucía Ramírez, quien residía en Miami, se involucró en un 'negocio fácil' y, en consecuencia, fue acusado y condenado de conspiración por tráfico de estupefacientes, es decir narcotráfico. Hoy, se le critica a Marta Lucía Ramírez no haber contado de este caso públicamente, antes de ser Vicepresidenta, al considerarse un tema de interés para los colombianos. Se cuestiona además a Marta Lucia Ramírez por el supuesto pago de una fianza de $150.000 dólares para liberar a su hermano hace 23 años, sin explicar la procedencia de dichos recursos.

Hechos

  • El caso tiene lugar hace 23 años, cuando Marta Lucía Ramírez no ejercía ningún cargo público, estaba terminando un año académico en EE.UU.
  • Marta Lucía Ramírez nunca pagó una fianza de $150.000 dólares impuesta por la corte de Miami, simplemente pagó con su esposo una garantía por $10.000 dólares ante una oficina de fianzas, para asegurar que su hermano se presentaría a la justicia en el momento en que se iniciara el proceso, como en efecto ocurrió. Cumpliendo con todas las condiciones de ley, su hermano se presentó ante la justicia y pagó su condena de 4 años y medio.
  • Marta Lucía nunca escondió ni negó el hecho: lo informó en su oportunidad a la Doctora Noemí Sanín, cuando en 1998 se integró como directora de su Campaña Presidencial; así como al entonces embajador de los Estados Unidos en Colombia Myles Frechette. También se lo contó al Expresidente Andrés Pastrana y al Expresidente Álvaro Uribe cuando le ofrecieron trabajar para estos últimos, como parte del Gabinete Ministerial.
  • La decisión de no exponerlo en público más abiertamente, se debió a diferentes consideraciones personales: ya habían transcurrido más de dos décadas, la vergüenza y el dolor que produjo este hecho a su familia, el hecho de que su hermano asumió su responsabilidad y pagó por ella cumpliendo la condena correspondiente, como debe ser, ante las autoridades de los Estados Unidos y tal como ella siempre ha defendido: respondiendo ante la justicia por las faltas cometidas.
  • Además, luego de cumplir su condena, el deseo de su familia era pasar esa página difícil y acompañar al hijo que regresó a casa a reiniciar su vida.  Desde entonces, Bernardo ha llevado una vida de trabajo honesto, reincorporándose a la sociedad como un hombre de bien.

Conclusión

Por tanto, aunque es cierto que hay un debate sobre la mejor manera de proceder en un caso como este y de que hay razones morales a favor y en contra de la decisión de Marta Lucía Ramírez sobre no ser más abierta sobre el hecho, lo cierto es que ni ella mintió, ni hay obligación legal de dar a conocer una circunstancia de esta naturaleza para acceder a un cargo público, ya que todo esto entra en un plano meramente subjetivo y político. Las responsabilidades de Marta Lucía Ramírez como funcionaria pública en sus cargos ministeriales, en el Senado de Colombia y como Vicepresidenta de los colombianos, siempre los ha ejercido asumiendo posiciones claras e incondicionales contra el narcotráfico y en aras de fortalecer las capacidades del Estado y de la sociedad para luchar contra este flagelo. Sus funciones jamás se han visto limitadas por temas personales, las ha asumido cumpliendo a cabalidad con la ley y atendiendo lo que exige la ley y aquello a lo que se comprometió con los colombianos: trabajar por el progreso del país y de todos los colombianos sin excepción.


 

 

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