Sin duda, en nuestro país tenemos enormes desafíos que debemos abordar para diseñar la Colombia del futuro. Y no son desafíos sencillos, somos un país diverso, inteligente, competitivo y exigente que requiere de sus dirigentes, los mayores esfuerzos y los mejores resultados.

Durante este 2020, en medio de las dificultades que ha traído la pandemia, y que aún hoy seguimos gestionando, estamos también enfrentando la emergencia invernal que también pone en riesgo la seguridad de nuestros ciudadanos. Y esto son solo dos ejemplos.
Todos estos, son desafíos que no se solucionan con pañitos de agua tibia o soluciones temporales, sino que requieren un trabajo integral y articulado entre muchos organismos y la propia ciudadanía. Son desafíos que nos recuerdan la importancia de la participación y el entendimiento. En estos acontecimientos vemos cómo la colaboración entre gobierno nacional, los gobiernos regionales y locales y el sector privado son cruciales, y nos recuerdan algunas cosas que, en tiempo difíciles se nos pueden olvidar, pero que son fundamentales y sobre las que quiero reflexionar:

  • Ante cualquier emergencia o dificultad, debemos atender a todos con solidaridad y premura, priorizando siempre el valor de las personas sobre cualquier material.
  • Necesitamos pensar y diseñar soluciones estructurales de mediano y largo plazo para lograr, de una vez por todas, prevenir que dificultades de gestión como las de este 2020 se repitan.
  • Es mandatorio que trabajemos y vivamos desde una cultura de legalidad, donde la transparencia y la ética sean los principios que guíen nuestra actividad siempre.

Sin duda, nos necesitamos entre todos para llegar lejos como país casi tanto como necesitamos construir la Colombia del futuro desde el respeto y el cuidado de los que formamos parte de este maravilloso país.

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