La vicepresidenta habla sobre el panorama político actual en Colombia. Ramírez sostiene que terminará su periodo y no descarta en algún momento volver a buscar la Presidencia. La primera mujer en llegar al segundo cargo político más importante en el país está recargada.
Luis Carlos Vélez: En estos 20 meses que quedan de gobierno, ¿cuál va a ser su objetivo principal en la Vicepresidencia?
Marta Lucía Ramírez: El mismo del primer día. Acompañar el trabajo del presidente Iván Duque, servirle a Colombia y cuidar al país. Mi trabajo en lo público lo he hecho siempre queriendo impulsar a Colombia, cuidarla, fortalecerla. En este trabajo espero que consolidemos a fondo muchas políticas en las que hemos tenido un gran liderazgo, todo el tiempo acompañando el liderazgo del presidente. Fortalecer todo el legado que quiero dejar en el tema de mujeres porque la equidad de género llegó para quedarse en la agenda pública y privada en el país. Esto no es un tema de moda o de lo “políticamente correcto”. La equidad de género es la que va a resultar sacando adelante a Colombia de manera irreversible. Vamos a consolidar la reactivación económica sectorialmente con 86 gremios de la producción con 22 pactos. Un tercer campo en donde espero consolidar nuestro trabajo es el de la transparencia. Y, finalmente, estamos enfocados en el tema infraestructura. Allí complementamos la agenda 4G con los proyectos del canal del Dique; Pacífico-Orinoquia; el pacto bicentenario y el desarrollo de los ferrocarriles.
L.C.V.: ¿Va a terminar su periodo?
M.R.: Yo espero que sí. Uno no es dueño de su vida, esperaremos cómo se van dando las cosas durante las próximas semanas y meses, pero espero que sí.
L.C.V.: ¿Va a buscar la Presidencia?
M.R.: Para mí en este momento el único futuro es este presente. Y este presente es trabajar decididamente acompañando la tarea del presidente Iván Duque. Esa tarea es mucho más trascendente y profunda de lo que desafortunadamente a veces registran los medios. Aquí hay cambios fundamentales en temas de sostenibilidad, de inversión, de inclusión social. Estamos haciendo un Gobierno que, sin duda, está transformando a Colombia con millones de ciudadanos para construir nación.
L.C.V.: ¿Después de Duque quién?
M.R.: Después de Duque alguien que le garantice a Colombia continuidad en las políticas públicas de este Gobierno. Después de Duque alguien que le garantice a nuestro país continuidad en estar buscando de manera obsesiva esa equidad que nos cierre la brecha entre los colombianos, que cierre la brecha en contra de las mujeres y que cierre la brecha entre las regiones. También necesitamos a alguien que continúe la implementación de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial acordados con las Farc y que además avance para acabar con la pobreza y la pobreza extrema para siempre. Ojalá que sea una persona que tenga esa misma convicción.
L.C.V.: ¿Esa persona está en el conservadurismo, en el Centro Democrático o en dónde?
M.R.: Yo creo que esa persona no puede estar con sus dos pies puestos solamente en un lado del espectro político. Esa persona tiene que estar con sus dos pies mirando hacia la historia de Colombia y hacia adelante. Esa persona tiene que tener, por encima de todo, amor por este país, vocación de servicio y mucho conocimiento del Estado y del manejo de la cosa pública.
L.C.V.: Esa es la definición que hacen algunos del centro…
M.R.: Puede ser en la medida en que uno en este momento tiene que reconocer esa diferencia ideológica del pasado en donde se decía: lo social está mucho más de un lado del espectro político, y del otro están entonces el Estado de derecho, la justicia, el desarrollo económico. Pero es que hoy es inconcebible manejar un país si no se logra ese balance entre Estado de derecho y la promoción de la inversión para que genere empleos que mejoren a su vez el nivel de vida de los colombianos y garanticen bienestar. Me siento muy convencida de que esa es la posición política que hay que tener y en eso hay que ser ecléctico; hay que tomar lo mejor de todos los lados cuando de verdad lo que se quiere es construir un mejor país.
L.C.V.: ¿Qué es Marta Lucía responde?
M.R.: Es un blog que inicié en medio de la pandemia cuando surgieron una cantidad de ataques, porque me cogieron con una ametralladora en las redes. Eran tantos los ataques que no quería distraerme de lo único importante que era trabajar y servirle a Colombia estando unida al presidente. Abrí este blog para contestar a tantas mentiras, calumnias y descalificaciones y para poder contar el trabajo que estamos haciendo.
L.C.V.: ¿Quién la estaba atacando?
M.R.: La verdad no sé y no importa. Yo me impresiono porque creo que en una pandemia, cuando uno ve con tanto dolor lo que le puede pasar al país, lo único que uno quiere es ver cómo ayuda, cómo construye. En medio de esta pandemia surgieron un montón de líderes del odio y de lo destructivo. Algunos de ellos se dedicaron a ametrallar y realmente ni siquiera he querido preguntar quiénes son. Mi política de vida ha sido nunca dejar que se alimenten odios y resentimientos en mi corazón. Nunca dejar que haya espacio para ese tipo de actitudes. Las controversias que haya las explico y los odios contra mí no los puedo cambiar. Lo importante es no dejarme distraer y trabajar por los colombianos.
L.C.V.: ¿Cómo ve a la oposición?
M.R.: La veo confundida, dando palos de ciego, creyendo que al atacar al Gobierno ganan réditos. No se dan cuenta de que atacando al Gobierno lo único que hacen es retrasar el progreso del país.
L.C.V.: ¿Se imaginaba que las críticas iban a ser tan fuertes?
M.R.: No, no lo esperaba. Uno tiene claro que cuando toma la decisión de hacer política se encuentra con mucha gente con la que no coincide. Mucha gente que válidamente tiene una opinión negativa o que tienen antipatías. Pero nunca pensé que hubiera motivos para semejantes ataques despiadados. Ese tipo de controversias también me hicieron reflexionar sobre lo importante que es tener una hoja de vida limpia, tener la capacidad de mirar a los ojos a los colombianos y decirles que no tengo nada que esconder. Todos esos ataques tan crueles evidenciaron para muchísima gente que no tenían fundamento. Por el contrario, lo que he recibido es una cantidad de mensajes y de gente apoyándome en las regiones. Ahora podemos viajar y lo que hemos encontrado es una avalancha de gente maravillosa diciendo que confía en mí, que el trabajo del Gobierno los llena de esperanza y eso es lo más valioso. Saber que hay muchísima gente que reconoce el trabajo que estamos haciendo.
L.C.V.: La noto con nuevos bríos…
M.R.: La verdad es que hay momentos en que a uno lo cogen a golpes y por supuesto que lo tiran al suelo. Lo importante es preguntarse si se va a quedar en el suelo mirando hacia abajo, o si mira hacia el cielo y dice: me voy a levantar con más fuerza que nunca. Cuando uno está en lo público por vocación, que es mi caso, uno sabe que vino acá para servir y que ese servicio implica tener una fuerza interior muy grande todos los días. Los desafíos de Colombia son enormes, pero las oportunidades de este país son infinitamente más grandes. A mí me tumbaron al suelo, pero abajo miré para el cielo y me he levantado con más fuerza que nunca a servirle a este país.
L.C.V.: ¿Para usted el “duquismo” existe?
M.R.: A la política colombiana le han hecho mucho daño los “ismos”. Muchas veces la gente, por antipatía a la persona, termina por desconocer todo lo valioso que se ha aportado en el periodo de un Gobierno. Hay que eliminar los “ismos”, pero sí darles continuidad a las buenas cosas que se hacen en los periodos presidenciales
L.C.V.: ¿Por qué siendo este presidente el más joven de la historia recibe tantas críticas de los jóvenes del país?
M.R.: Los invito a que se sienten a conversar con nosotros, a que nos pregunten y nos hagan todas las críticas. Pero, sobre todo, para escucharlos a ellos y construir una agenda que nos mejore este país. Este es un Gobierno que ha estado dispuesto a escuchar a las mujeres, a los jóvenes, a los empresarios. Los jóvenes, desafortunadamente con las redes sociales, se han quedado en 140 caracteres y no con su derecho a preguntar y a recibir respuestas construyendo también. Los jóvenes tienen que ser la bisagra entre el país del pasado y el país del futuro, entendiendo que los medios y las redes los vuelven protagonistas de primer orden. Si tuvieran más conversación con nosotros estoy segura de que cambiarían su percepción sobre lo que ha hecho el Gobierno y sobre el presidente.
L.C.V.: Algunos políticos como Humberto de la Calle han dicho que sería bueno eliminar la Vicepresidencia. ¿Qué les responde?
M.R.: Él tuvo una Vicepresidencia que fue difícil por su mala relación con el presidente Samper. La figura de la Vicepresidencia se generó como la manera de darle al elector la oportunidad de opinar sobre esa persona que, en un momento determinado, podría reemplazar al presidente. A mí me parece que, entre elegir esa fórmula vicepresidencial o aceptar que la impongan a dedo los círculos políticos, es mejor la elección ciudadana de la fórmula. La Vicepresidencia debería, sin embargo, tener tareas fijas permanentes: la transparencia, la equidad en las regiones y la ayuda en temas económicos, como lo hemos hecho nosotros. Ningún vicepresidente que realmente honre una tarea tan importante quiere que se muera el presidente para reemplazarlo. Lo que uno quiere es complementar la tarea del presidente y por eso creo que la oficina tiene que tener esos temas transversales permanentes.
L.C.V.: ¿La primera mujer presidenta de Colombia va a ser usted o Claudia López?
M.R.: Eso lo dirán los electores en el momento adecuado.
L.C.V.: Es decir que usted sí piensa lanzarse en algún momento…
M.R.: Quizás, no sé. Usted sabe que viendo las elecciones de Estados Unidos todavía tenemos esperanza. Pero sí debo decir que esta vez tengo a toda mi familia en mi contra.
L.C.V.: ¿Petro, Fajardo o Tomás?
M.R.: ¿Por qué no mete a ninguna mujer en esas candidaturas?
L.C.V.: La única mujer que sale en las encuestas es usted…
M.R.: Lo que pasa es que no las han medido a todas.
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