Me enorgullece hacer parte de esta Nación y haber podido servir en circunstancias adversas.
Por Marta Lucía Ramírez
Vicepresidenta de Colombia
Cerrar una etapa en nuestra vida laboral y personal siempre implica balances, reflexiones y aprendizajes. Sin duda, mi paso por la Vicepresidencia representó, más que un desafío, anteponer el compromiso y la vocación de servir a Colombia, a pesar de las dificultades, de ataques y calumnias personales y familiares inmisericordes, que no tienen precedentes en la política de nuestro país, con bajezas que jamás se han utilizado contra ningún hombre.
¡Sí!, muchos recalcan que fui la primera mujer Vicepresidenta, pero jamás quise gloriarme de ello. Lo mío jamás ha sido acumular poder, el ego ni la vanidad. Por el contrario, demostrar que cuanto más alta sea la dignidad, mayor es la responsabilidad. La mayoría de mujeres no llegamos a posiciones elevadas para que nos honren, llegamos a tender puentes de entendimiento para construir, y a trabajar por el país.
Me voy con la satisfacción del deber cumplido, no ahorré ni un segundo para trabajar por Colombia, el país que me eligió para ocupar uno de los cargos más importantes de elección popular, que complementé con la designación como ministra de Relaciones Exteriores, faltando apenas un año para culminar el cuatrienio. Fueron 1.460 días, 31.140 horas, con noches cortas, madrugadas diarias y una única obsesión: la plena entrega y el buen ánimo y disposición para sembrar semillas de equidad que permitieran a Colombia transitar hacia el verdadero desarrollo.
Una de mis prioridades fueron las mujeres: que hagan parte de la toma de decisiones; ejerzan posiciones de liderazgo y de poder en la economía, la política y la sociedad; que los empresarios pudieran crecer, invertir y generar más empleos; que los trabajadores informales inicien un camino irreversible hacia la formalización y su dignidad que les garantice mejores condiciones de vida a ellos y sus familias.
En lo personal, mi paso por la Vicepresidencia de Colombia marcó un reto enorme: ser capaz de mantener todos los días el ánimo, sobreponer el amor por Colombia a la frustración por los ataques que recibí, bajo la furia de opinadores anónimos y no anónimos, que descargaron su odio contra mí y contra mi familia, teniendo en cuenta mis posiciones políticas y la posible aspiración a la presidencia en el año 2022.
Olvidaron que detrás del funcionario hay un ser humano con el derecho a defenderse, a explicar sus actuaciones y a demostrar su transparencia. Puedo mirar a la cara a Colombia y decir que jamás en la vida he violado la ley ni abusado de lo público, que jamás he hecho nada de lo que tenga que avergonzarme.
Durante los últimos meses oímos a algunos sorprenderse por las estrategias para descalificar opositores y sacar contendores de la carrera política. ¡Cómo me sorprende que ninguno tuvo, en su momento, hace 2 años, solidaridad conmigo! Fueron pocas las llamadas solidarias que recibí, cuando ese guion para sacar del ruedo a contendores lo iniciaron conmigo.
Agradezco a la gente sencilla que, en cada recorrido por el país, se acercó con cariño genuino y gratitud sincera a expresarme su apoyo. A pesar de las borrascas, de tantas embestidas con las que intentaron doblegarme, hoy puedo, como pocos, mirar a los ojos a todos los colombianos y decirles que les cumplí, que trabajé incansablemente por todos y que, a pesar de no tener presupuesto propio en la Vicepresidencia, toqué puertas de cooperación internacional, del sector privado y de otras entidades del Gobierno para dejar andando iniciativas de emprendimiento, a favor de las mujeres, en todos los departamentos de Colombia.
También puedo decir a los colombianos que, desde mi condición humana, tuve errores –cómo no reconocerlos–, sobre todo una gran impaciencia de querer hacer más, rendir más, a costa de mis propias capacidades y el doble del esfuerzo de quienes trabajaron conmigo. A ellos, mi gratitud y mis disculpas porque sé que muchas veces exigí más de lo que era posible lograr. Aun en medio de las tormentas, logré, con todo mi equipo, mantenerme firme y dando resultados al país. Hoy, a pesar de todo, me siento más colombiana que nunca, como el lema que propuse para la conmemoración de los 200 años de independencia.
Me quedan la sonrisa de aquella mujer emprendedora del Vichada, la mirada esperanzadora de los trabajadores informales de Cúcuta, Barranquilla, Popayán y tantas ciudades que recorrimos con nuestro Laboratorio Social de Inclusión Productiva; la emoción de los niños que me recibieron con cariño en las diferentes regiones de Colombia, el cálido apretón de manos de nuestras comunidades indígenas, el abrazo de tantas mujeres de todas las etnias y condiciones. ¡Ese es el retrato que me llevo en el alma: tantos colombianos que, con entusiasmo, salen a trabajar cada día para construir país desde sus pequeños o grandes entornos!
Me llevo la satisfacción del reconocimiento a Colombia en las distintas presentaciones internacionales donde demostré que nuestro país tiene una gran fortaleza, gracias a la solidez de nuestras instituciones, a la estabilidad de nuestra democracia y de nuestra economía. Siempre que busqué atraer inversión, logré aplausos que nunca busqué para mí, siempre fueron para Colombia y sus empresarios.
Me enorgullece hacer parte de esta Nación y haber podido servir en circunstancias adversas, en las que acompañé al presidente Iván Duque a capotear tormentas y temporales, derivados de la pandemia, la crisis por el cambio climático, las protestas sociales válidas, infiltradas por vándalos que se dedicaron a desestabilizar el país, y por supuesto, los recientes impactos que ha tenido la guerra Rusia-Ucrania.
¡Servir a Colombia fue una oportunidad gratificante! Sin duda, el mayor privilegio de mi vida. A Colombia me debo, como aprendí hace 20 años de nuestros soldados: con honor, integridad y lealtad. La fortaleza la mantendré siempre muy en alto, gracias al ejemplo de integridad de mis padres, el apoyo de mi familia, mi esposo, mi hija, mi nieta, mi sobrina nieta y de la fe infinita en Dios. ¡Gracias, Colombia!
Columna publicada en El Tiempo
https://bit.ly/3BZsbsH