Me enorgullece hacer parte de esta Nación y haber podido servir en circunstancias adversas.
Por Marta Lucía Ramírez
Vicepresidenta de Colombia
Cerrar una etapa en nuestra vida laboral y personal siempre implica balances, reflexiones y aprendizajes. Sin duda, mi paso por la Vicepresidencia representó, más que un desafío, anteponer el compromiso y la vocación de servir a Colombia, a pesar de las dificultades, de ataques y calumnias personales y familiares inmisericordes, que no tienen precedentes en la política de nuestro país, con bajezas que jamás se han utilizado contra ningún hombre.
¡Sí!, muchos recalcan que fui la primera mujer Vicepresidenta, pero jamás quise gloriarme de ello. Lo mío jamás ha sido acumular poder, el ego ni la vanidad. Por el contrario, demostrar que cuanto más alta sea la dignidad, mayor es la responsabilidad. La mayoría de mujeres no llegamos a posiciones elevadas para que nos honren, llegamos a tender puentes de entendimiento para construir, y a trabajar por el país.
Me voy con la satisfacción del deber cumplido, no ahorré ni un segundo para trabajar por Colombia, el país que me eligió para ocupar uno de los cargos más importantes de elección popular, que complementé con la designación como ministra de Relaciones Exteriores, faltando apenas un año para culminar el cuatrienio. Fueron 1.460 días, 31.140 horas, con noches cortas, madrugadas diarias y una única obsesión: la plena entrega y el buen ánimo y disposición para sembrar semillas de equidad que permitieran a Colombia transitar hacia el verdadero desarrollo.
Una de mis prioridades fueron las mujeres: que hagan parte de la toma de decisiones; ejerzan posiciones de liderazgo y de poder en la economía, la política y la sociedad; que los empresarios pudieran crecer, invertir y generar más empleos; que los trabajadores informales inicien un camino irreversible hacia la formalización y su dignidad que les garantice mejores condiciones de vida a ellos y sus familias.
En lo personal, mi paso por la Vicepresidencia de Colombia marcó un reto enorme: ser capaz de mantener todos los días el ánimo, sobreponer el amor por Colombia a la frustración por los ataques que recibí, bajo la furia de opinadores anónimos y no anónimos, que descargaron su odio contra mí y contra mi familia, teniendo en cuenta mis posiciones políticas y la posible aspiración a la presidencia en el año 2022.
Olvidaron que detrás del funcionario hay un ser humano con el derecho a defenderse, a explicar sus actuaciones y a demostrar su transparencia. Puedo mirar a la cara a Colombia y decir que jamás en la vida he violado la ley ni abusado de lo público, que jamás he hecho nada de lo que tenga que avergonzarme.
Durante los últimos meses oímos a algunos sorprenderse por las estrategias para descalificar opositores y sacar contendores de la carrera política. ¡Cómo me sorprende que ninguno tuvo, en su momento, hace 2 años, solidaridad conmigo! Fueron pocas las llamadas solidarias que recibí, cuando ese guion para sacar del ruedo a contendores lo iniciaron conmigo.
Agradezco a la gente sencilla que, en cada recorrido por el país, se acercó con cariño genuino y gratitud sincera a expresarme su apoyo. A pesar de las borrascas, de tantas embestidas con las que intentaron doblegarme, hoy puedo, como pocos, mirar a los ojos a todos los colombianos y decirles que les cumplí, que trabajé incansablemente por todos y que, a pesar de no tener presupuesto propio en la Vicepresidencia, toqué puertas de cooperación internacional, del sector privado y de otras entidades del Gobierno para dejar andando iniciativas de emprendimiento, a favor de las mujeres, en todos los departamentos de Colombia.
También puedo decir a los colombianos que, desde mi condición humana, tuve errores –cómo no reconocerlos–, sobre todo una gran impaciencia de querer hacer más, rendir más, a costa de mis propias capacidades y el doble del esfuerzo de quienes trabajaron conmigo. A ellos, mi gratitud y mis disculpas porque sé que muchas veces exigí más de lo que era posible lograr. Aun en medio de las tormentas, logré, con todo mi equipo, mantenerme firme y dando resultados al país. Hoy, a pesar de todo, me siento más colombiana que nunca, como el lema que propuse para la conmemoración de los 200 años de independencia.
Me quedan la sonrisa de aquella mujer emprendedora del Vichada, la mirada esperanzadora de los trabajadores informales de Cúcuta, Barranquilla, Popayán y tantas ciudades que recorrimos con nuestro Laboratorio Social de Inclusión Productiva; la emoción de los niños que me recibieron con cariño en las diferentes regiones de Colombia, el cálido apretón de manos de nuestras comunidades indígenas, el abrazo de tantas mujeres de todas las etnias y condiciones. ¡Ese es el retrato que me llevo en el alma: tantos colombianos que, con entusiasmo, salen a trabajar cada día para construir país desde sus pequeños o grandes entornos!
Me llevo la satisfacción del reconocimiento a Colombia en las distintas presentaciones internacionales donde demostré que nuestro país tiene una gran fortaleza, gracias a la solidez de nuestras instituciones, a la estabilidad de nuestra democracia y de nuestra economía. Siempre que busqué atraer inversión, logré aplausos que nunca busqué para mí, siempre fueron para Colombia y sus empresarios.
Me enorgullece hacer parte de esta Nación y haber podido servir en circunstancias adversas, en las que acompañé al presidente Iván Duque a capotear tormentas y temporales, derivados de la pandemia, la crisis por el cambio climático, las protestas sociales válidas, infiltradas por vándalos que se dedicaron a desestabilizar el país, y por supuesto, los recientes impactos que ha tenido la guerra Rusia-Ucrania.
¡Servir a Colombia fue una oportunidad gratificante! Sin duda, el mayor privilegio de mi vida. A Colombia me debo, como aprendí hace 20 años de nuestros soldados: con honor, integridad y lealtad. La fortaleza la mantendré siempre muy en alto, gracias al ejemplo de integridad de mis padres, el apoyo de mi familia, mi esposo, mi hija, mi nieta, mi sobrina nieta y de la fe infinita en Dios. ¡Gracias, Colombia!
Columna publicada en El Tiempo
https://bit.ly/3BZsbsH
La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez no regresará a la política. Aunque dejó claro que quería ser presidenta de Colombia y, se quedó en el cargo solo porque el presidente Iván Duque se lo pidió en un momento difícil, también señaló que la decepcionó la dureza de las críticas en su contra.
“Yo en este momento sí necesitaba que esto terminara. Hice todo lo que podía, pero ya había muchas cosas que no dependían de mí y se salían de mis manos. Para mí fue sorpresivo cómo me volvieron el blanco de tantos ataques tan injustos, tantas mentiras y calumnias. Y lo más duro lo hicieron con mi esposo, se metieron con mi familia, con lo más sagrado. Uno siempre asume que la gente respeta algo; en este caso me pisotearon hasta un punto que concluí que no quería seguir en esto”, le dijo la actual vicepresidenta a Noticias RCN.
En medio de la entrevista, Ramírez se quebró y confesó que ha llorado en muchas ocasiones por lo que considera ataques injustos. “Sí llore mucho. Sentí cómo atropellaron todo. Yo llevo 40 años trabajando por Colombia con honestidad. Acabaron todo, pisotearon todo injustamente con mentiras”.
Ramírez también agregó que parte de los ataques se debieron a su condición de mujer. “Aquí ha habido hombres en la política que han sido corruptos, condenados y nunca los han tratado como me trataron a mí”.
El caso de su hermano
Uno de los casos relevantes que la vicepresidenta tuvo que afrontar en la mitad del gobierno fue la revelación de que hace dos décadas un hermano suyo había sido procesado en Estados Unidos por cargar drogas. “Yo tengo un hermano que hace 26 años cometió una falta grave. Lo que ocurrió con mi hermano ha pasado con otros funcionarios. Al general Naranjo, por ejemplo. La gente en ese caso lo entendió y lo respetó. A mí me generaron una imagen que no corresponde con lo que yo soy. Aquí hay unos sicarios en las redes sociales que se han dedicado a acabar con las personas y su reputación”, puntualizó.
La Política
La vicepresidenta también confesó que en abril de 2021 había decidido renunciar a su cargo para perseguir una candidatura a la Presidencia, pero por los hechos del paro el presidente le pidió que se quedara. “Estando afuera voy a señalar todas las cosas que se deben hacer bien para hacer bien la política. Yo no voy a salir a hacer oposición a un gobierno que ni siquiera ha comenzado. Eso es infame. No tengo ningún interés de continuar en la política”, concluyó.
La vicepresidenta de Colombia Marta Lucía Ramírez visitó ayer la ciudad de Neiva donde desarrolló una agenda social enfocada en las mujeres. En su paso por la capital huilense la también canciller dialogó con LA NACIÓN sobre su gestión que está ad portas de culminar, además se refirió a la situación que vive el país por la disparada del dólar. Aseguró que el gobierno electo debe enviar señales que generen confianza y estabilicen los mercados.
A solo semanas de entregar su cargo la vicepresidenta de Colombia Marta Lucía Ramírez visitó la ciudad de Neiva para desarrollar una agenda social enfocada en las mujeres. La también canciller hizo un recorrido por el lugar donde se construye la ‘Casa empoderadora para la mujer’, un lugar que permitirá brindar atención integral a las víctimas de violencia doméstica.
En su paso por la capital huilense la vicepresidenta dialogó con LA NACIÓN sobre su gestión que está ad portas de culminar, además se refirió a la actual situación que vive el país con la disparada del dólar. Aseguró que “es necesario cuanto antes emitir mensajes que den confianza y estabilidad, que se sepa que en Colombia hay condiciones para seguir invirtiendo”. Ramírez además le envió un mensaje al nuevo canciller.
Vicepresidenta, ¿Cuál es el motivo de su visita a Neiva?
Un tema que trabajé desde la Vicepresidencia fue el de la equidad de género, creamos un fondo ‘mujer emprende’ para apoyar el financiamiento de sus proyectos, logrando que las mujeres se vuelvan empresarias que generan empleos. Tengamos en cuenta que la situación del Huila en materia de competitividad no es mala, es el departamento numero 15 a nivel nacional, pero la participación de las empresas manufactureras y exportadoras es muy bajita y queremos que haya más mujeres empresarias.
Por esta razón priorizamos a Neiva para crear una casa de la mujer emprendedora, la cual vamos a inaugurar pronto, quise venir para revisar la obra porque le he puesto el alma a este proyecto de mujeres empoderadas del Huila. Esta fue una iniciativa mía que surgió sin recursos, pero juntando muchas voluntades.
En este caso hemos tenido el apoyo del Gobernador Dussán que ha sido un excelente coequipero para todas las áreas de nuestro gobierno, pero también del alcalde Gorky, de tal manera que hemos conseguido que estas casas a nivel nacional nos sigan trayendo cooperación de diferentes sectores.
Estas casas les ofrecen a las mujeres consultorio jurídico, ayuda psicológica, pues tenemos que acabar esta cultura violenta contra las mujeres huilenses y colombianas. Estos espacios buscan que las mujeres tengan mucha más conciencia de sí mismas y apoyarlas para que puedan desarrollar sus proyectos productivos. Cuando una mujer es autónoma económicamente es menos susceptible a la violencia, y para mí este ha sido un tema fundamental en la Vicepresidencia.
¿Ve posible una Colombia sin tanta violencia contra la mujer?
Claro que sí, nosotros tenemos que entender que es a través del respeto a la otra persona que se logran los cambios, la cultura de la agresividad tiene que cambiar desde el hogar, haciendo que las mamás y los papás estén mucho más consientes de lo que significa educar a los hijos en la tolerancia.
Tenemos que acabar cualquier tolerancia de la agresión contra la mujer, el acoso, la violencia física, emocional, económica, tenemos que lograr que las mujeres empoderadas del Huila crezcan cada día más en autoestima y capacidades, en su desarrollo económico. Vemos un potencial enorme, porque el Huila lo tiene, tenemos que lograr que este se vuelva un departamento más industrial y todo esto tiene que ver con la mujer, la cual debe participar.
Gracias a una iniciativa nuestra en la Vicepresidencia con la ayuda de la Consejera para la Equidad de Género, Gheidy Gallo, logramos una reforma a la ley de regalías donde se permite que haya un uso de recursos para proyectos de equidad de género, es el primer proyecto que nos aprueba Planeación Nacional en el Huila por el orden de los 5 mil millones de pesos.
Crear estrategias para combatir la informalidad fue otra de sus metas, ¿Cómo le fue?
Así es. También se hizo un trabajo muy importante con la población informal, desarrollé un programa en la Vicepresidencia en beneficio de este sector vulnerable que en Neiva es muy alto, más del 50%. Esta iniciativa la hemos convertido en unos programas sociales de inclusión productiva sobre todo pensando en los vendedores informales, lo que demuestra que el presidente Iván Duque le apostó al crecimiento económico, solo en el primer trimestre de este año estuvimos dentro de los tres primeros a nivel mundial, pero también hemos hecho una apuesta por este crecimiento enfocado en lo social.
Se acerca el fin de su gobierno, ¿Qué representó ser la Vicepresidenta de los colombianos?
Yo nunca he tomado los cargos como un honor sino como una gran responsabilidad. Para mí ser la primera mujer Vicepresidenta de Colombia implicó la responsabilidad de trabajar muy duro por las mujeres del país, entre otros temas. Esto permitió abonar el espacio para las mujeres en la Vicepresidencia de Colombia.
Me siento muy contenta de que me suceda otra mujer, tenemos posiciones filosóficas, ideológicas y políticas distintas, pero no importa, porque sé que al final hay una convergencia en este deseo de apoyar a las mujeres colombianas, de acabar la violencia y sobre todo buscar que Colombia progrese con el liderazgo de las mujeres.
¿Para usted en estos cuatro años cuáles fueron los momentos más emotivos y los más difíciles?
Hubo muchos momentos difíciles, fue muy doloroso todo lo que sucedió con la pandemia, perder tantas vidas, sabemos que esto le pasó al mundo entero, pero al final estuvo la satisfacción de que logramos tener unos indicadores mejores que otros países.
También fueron muy difíciles las protestas del 2019 y 2021, saber que las habían organizado, mucha gente quería protestar porque estaba insatisfecha con cosas, pero lamentablemente infiltraron las protestas e hicieron vandalismo con el propósito de afectar al Gobierno perjudicando la sociedad. No se vale, uno no puede hacerle tanto daño a la gente, a los comerciantes y las entidades.
En lo personal fueron dolorosos los ataques, a mí me hicieron una campaña de desprestigio muy miserable, porque fueron muchas mentiras y calumnias manejadas a través de redes sociales y que lamentablemente reprodujeron algunos medios. Y cuando vimos esta campaña presidencial tan sucia, donde había estrategias para desprestigiar al contendor, uno se da cuenta que el país realmente tiene que frenar ese tipo de violencia. Con tal de sacarlo a uno del camino político son capaces de cualquier cosa.
Me siento con la gran satisfacción del deber cumplido por el trabajo hecho desde la Vicepresidencia y la Cancillería, pero también diciendo que hay que cambiar cosas. Tenemos que seguir trabajando porque el crecimiento económico vaya de la mano con la inclusión social.
¿Cómo queda el país en las relaciones exteriores?
Muy bien. Yo entré en un momento donde había una relación tensa con los Estados Unidos, ahora Colombia es el aliado estratégico numero uno de Estados Unidos en América Latina, asimismo, me dediqué a fortalecer relaciones con otros países y regiones, con la Unión Europea, también busqué acercar a Colombia con Turquía que es un país tan influyente en el mundo. Y tenemos una relación muy sólida con la mayoría de países de América Latina.
Desafortunadamente está la situación contenciosa con la dictadura de Venezuela, pero es que no es fácil que un país pueda tener una relación amigable con otro donde hay una dictadura establecida, que no solamente ha generado una crisis humanitaria, sino que también es una amenaza para Colombia, porque allá está el terrorismo internacional, el narcotráfico colombiano, el apoyo a los líderes tanto de las Farc como del ELN…
¿Qué consejos le da usted al nuevo canciller, Álvaro Leyva Durán?
Que no excluya de su agenda la búsqueda de inversión extranjera porque eso genera empleos en nuestro país; que la agenda internacional no se concentre solo en hablar de diálogos con el ELN, sino también en fortalecer la cooperación en ciencia, tecnología, en programas estudiantes, que sea muy diversa.
¿Qué opina del momento económico que vive Colombia con la disparada del dólar?
Me parece que es malo para Colombia porque desafortunadamente el aumento del precio del dólar encarece todas las importaciones que hace nuestro país, no solo de alimentos, sino las manufactureras, hay muchos productos industriales que nosotros no producimos, además de los servicios que contrata Colombia en el exterior.
Además, la subida del dólar encarece la deuda externa y Colombia como todos los países aumentó su deuda externa por cuenta de la pandemia.
Entre todos tenemos que hacer el trabajo de darle estabilidad al país en la economía y el mercado, creo que las señales del gobierno nuevo van a ser muy importantes para que se estabilice el país y haya confianza, para que la gente no quiera sacar sus capitales, sino decidan seguir invirtiendo en Colombia.
Hay que rodear al gobierno electo, esto significa una democracia, no es el momento de pensar en irse de Colombia.
¿Cuál cree que debe ser el mensaje del Gobierno electo para calmar los mercados?
Creo que es muy importante dar señales claras que generen confianza y estabilicen. Lamentablemente en la campaña se dijeron muchas cosas y hoy el gobierno electo está dando unas señales distintas, este es el momento de hablar con mucha mesura y responsabilidad. Es necesario cuanto antes emitir mensajes que den confianza y estabilidad, que se sepa que en Colombia hay condiciones para seguir invirtiendo.
Vicepresidenta, ¿Cuál su mensaje final para los huilenses?
Hay que apostarle más al desarrollo de este departamento, nuestro gobierno hizo inversiones importantes en infraestructura y otros sectores, pero tenemos que continuar teniendo en cuenta el potencial del Huila.
Entrevista publicada en La Nación
https://bit.ly/3ySrA93
Marta Lucía Ramírez hizo para El Espectador un balance de su gestión como canciller y vicepresidenta. Destaca la agenda económica y con enfoque de igualdad de género que impulsó y habla de los decretos presidenciales que restringieron su margen de maniobra como canciller.
La vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, trabajará hasta el último día del actual gobierno. El primer cargo lo asumió en 2018 y el segundo en mayo de 2021. En diálogo con este diario, la funcionaria habla de su papel en las dos carteras, del proceso de empalme con el futuro gobierno, que asume el 7 de agosto, y del nombramiento de funcionarios de carrera.
¿Cómo han sido los empalmes?
Los dos han sido absolutamente respetuosos. He sentido interés de saber qué hicimos, qué cosas avanzamos, qué quedó pendiente, dónde hubo obstáculos… Me da muchísimo optimismo ver que la vicepresidenta Francia Márquez es una mujer decidida a darle continuidad a todo lo que hice en materia de equidad de género, pero también pondrá su propia agenda. Ha sido muy difícil poner la agenda de género en primer lugar dentro de la política pública, pues eso implica cambios culturales e institucionales. También hemos explicado lo que hicimos en lucha contra la corrupción, transparencia, crecimiento y empleo. En la Cancillería ha sido un proceso similar. Las reuniones con el canciller designado, Álvaro Leyva, con su equipo de empalme, los viceministros y los directores de área han sido muy amables.
¿Sigue pensando que la estrategia de su gobierno frente a Venezuela fue la correcta?
No fue en el gobierno de Iván Duque, sino en el de Juan Manuel Santos que se cortaron las relaciones. En enero del 2019 se dio esa situación donde había un presidente en Venezuela que, según la Constitución, debía asumir: Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional. Lo que hizo el Gobierno de Colombia, ya presidido por Iván Duque, fue tener la coherencia de atenerse a lo que dice la Constitución venezolana. Pero Maduro pasó por encima de la Constitución de su país y por eso lo que tenemos es una dictadura. Colombia ha tenido la coherencia de decir: “Mientras haya una dictadura en Venezuela no tenemos cómo restablecer una relación”. Este gobierno nuestro ha sido muy solidario con el pueblo venezolano. Hicimos el Estatuto de Protección Temporal, el cual hoy todo el mundo nos reconoce. Legitimar una dictadura son palabras mayores, máxime cuando esa dictadura apoya los grupos terroristas de Colombia y el narcotráfico, que sale de Colombia a través de Venezuela.
Con el Decreto 835 de 2021, creado dos meses después de nombrarla a usted canciller, el presidente resolvió que la vicepresidenta no podía salir del país al mismo tiempo que él. Luego, en septiembre de 2021, con el Decreto 1185, el presidente le dio funciones sustanciales de política exterior a la jefa de gabinete, María Paula Correa. ¿Considera que le ataron las manos?
Personalmente, sí me desconcertó mucho esa decisión. Fue algo que nunca hablamos y que, obviamente, no considero que haya sido acertada. Ya lo dijo el canciller designado, Álvaro Leyva: va a levantar esos decretos y acompañar todas las visitas del presidente de la república, porque así debe ser. Pero ya el tiempo pasó, lo que hay es que mirar hacia adelante. No me cortaron las alas, y dudo que esa fuera la intención, porque no paré de trabajar ni un solo día. Lo que hice fue no quedarme acá encerrada en la oficina, a pesar de que no pude acompañar al presidente a las visitas de Estado, como hubiera sido lógico. Yo hice mis propias visitas. Fui a Estados Unidos en un momento muy crítico en la relación bilateral. Fui a lograr que el secretario de Estado, Antony Blinken, entendiera que este gobierno no estaba haciendo ningún tipo de campaña en contra del presidente Biden y sí es un amigo de verdad de Estados Unidos. Estuve en la Unión Europea explicando toda la situación difícil que estábamos viviendo cuando tomaron lugar las protestas acá en Colombia. Protestas que empezaron bien, porque era la expresión legítima de los ciudadanos, pero que terminaron muy mal cuando las infiltraron con vandalismo y con violencia. Varias de mis visitas se tradujeron en inversiones importantes en Colombia o en que luego hubo visitas de Estado donde invitaron al presidente. Particularmente, fortalecimos las relaciones con Turquía, India y Japón. La relación con Turquía que tenemos hoy no tiene precedentes.
¿Cómo queda su relación con Iván Duque?
Es una relación de trabajo que tuvimos durante cuatro años. En lo personal, es amable. Le deseo que en la vida coseche todas las cosas que haya hecho, que tenga un retorno de cada cosa que ha hecho en su vida. Creo que hicimos cosas buenas en este gobierno y que obedecen a un liderazgo positivo de él, y espero que esas cosas le sigan sirviendo al país. Espero que cada uno siga su vida sirviéndole bien a Colombia. Cada uno, al final del día, tiene un pasado, y yo tengo un pasado muy largo. Yo no llegué al trabajo profesional, ni a la política, ni al gobierno por el presidente Duque. Llegué porque ya traía mi propia trayectoria y mis propios méritos y votos.
¿No es contradictorio que se rehúse a establecer relaciones con Venezuela por ser una dictadura, pero que celebre acercarse a un gobierno de prácticas autoritarias y señalado por violaciones de derechos humanos como el de Turquía?
El caso de Turquía es distinto del de Venezuela. Por supuesto que existen críticas y señalamientos de los que no podemos hacer caso omiso, pero el presidente Recep Tayyip Erdogan fue electo democráticamente y se mantiene dentro de la institucionalidad de ese país. Si los turcos lo quieren retirar del poder, tendrán los canales para hacerlo. Maduro, en cambio, está usurpando el poder, pues su elección se dio en unas votaciones que no tienen ninguna garantía ni transparencia. Además, Turquía es un país estratégico para todo el mundo y está jugando un rol importante como mediador en el conflicto en Ucrania. Yo viajé allá y luego senté las bases para que nos visitara el canciller turco y para que invitaran al presidente Duque a una visita de Estado.
¿Por qué se incumplió la promesa hecha en campaña de aumentar los nombramientos de carrera diplomática en lugar de los nombramientos a dedo?
Si hubiera tenido yo la decisión, hubiera querido tener un 50 % o más de embajadores de carrera, pero cuando yo llegué ya estaban nombrados todos los embajadores. Tenemos que subir el nivel de las personas que están en la carrera diplomática, porque hay gente muy valiosa, pero de pronto hay gente que va a un ritmo lento y este país necesita elevar el ritmo y la excelencia. No es suficiente que la gente esté en la carrera, la gente tiene que estar todos los días demostrando que hace investigaciones sobre temas pertinentes. Falta más exigencia en investigación y más capacitación.
Según la Asociación Diplomática, durante su período disminuyó en un 22 % el número de funcionarios de carrera diplomática y aumentaron los nombramientos a dedo. ¿Esto tiene que ver con los defectos que señala en la carrera diplomática?
Yo no creo que sea realmente una diferencia importante. Tenemos varios [funcionarios] que están en cargos de dirección que son de la carrera, pero sí creo que hay que fortalecer algunas áreas de la Cancillería con personas que no necesariamente son de la carrera. Creo que las asociaciones diplomáticas han reconocido mi trabajo, justamente por promover mucho más el desarrollo de la carrera diplomática. Logré que, por segunda vez en la convocatoria, seleccionáramos a cuarenta nuevos estudiantes para la Academia Diplomática.
Desde la vicepresidencia, usted impulsó una agenda de equidad de género con enfoque económico y de empleabilidad para las mujeres. ¿Cómo canciller, le hubiera gustado hacer algo más en materia de género?
Sí me hubiera gustado hacer más, pero llegué al final del gobierno. En estos meses se logró colocar la agenda de equidad de género como un tema central de la Cancillería. Ahora que todos los presidentes hablan de género, la Cancillería colombiana queda con esa impronta. Eso fortalecerá la cooperación internacional en equidad de género.
Desafortunadamente, hemos tenido al 50 % de la población por fuera del poder económico y político. Si ese 50 % entra al poder económico vamos a ver un crecimiento del PIB. Cuando la mujer tiene autonomía económica es mucho menos vulnerable. Este es un país que ha menospreciado el papel de las mujeres. Sé que varias personas del próximo gobierno continuarán nuestros esfuerzos, no solo la vicepresidenta. Por ejemplo, con Cecilia López, nueva ministra de Agricultura, hemos hablado en el pasado del potencial económico de la mujer. Uno de los temas que prioricé fue hacer de las mujeres campesinas empresarias agrícolas. En el café, el arroz y el cacao hay cada vez más propietarias de fincas productivas. Esto lo seguirá desarrollando la nueva ministra.
Por otro lado, está el liderazgo político. Empecé una escuela de formación política para las mujeres con la fundación alemana Hanns Seidel y la Universidad Sergio Arboleda. A la fecha, hemos formado a más de 5.000 mujeres. A futuro habrá más mujeres en la política. La mujer en el Estado no está sirviendo para su propio ego, ni su vanidad, ni para imponer el poder o mostrar que “es que somos machos y aquí mandamos”. Por todo esto estoy agradecida con mi equipo de la Vicepresidencia.
La noto optimista con el nuevo gobierno, pese a que es de la oposición al suyo…
Es el gobierno que escogieron los colombianos. Tenemos que desearles que les vaya bien. Cualquier fracaso de un gobierno es el fracaso de todos como sociedad. Podemos tener diferencias, pero lo bueno lo reconocemos; lo que nos parezca malo lo decimos a tiempo con contundencia, pero constructivamente. Deseo que Colombia siga progresando en el desarrollo económico y la equidad, en ser un referente mundial de transición energética. Todos queremos acabar la pobreza extrema en Colombia. Yo tenía desde hace muchos años la apuesta de acabar la pobreza extrema en Colombia para 2030, lo dije en mi campaña, pero ¿qué pasó? Vino el covid y nos echó para atrás todos los esfuerzos, pero uno tiene que mantener metas ambiciosas. Deseo que este gobierno cuide mucho la confianza en Colombia y la estabilidad institucional.
¿Cómo quedan las relaciones con Rusia?
La relación de Colombia con Rusia es como la de cualquier país que rechaza hoy por hoy la violación del derecho internacional. Lo que ha pasado es muy grave: Rusia está empeñada en destruir a Ucrania. Eso no puede seguir pasando a los ojos de todo el mundo y que la gente, porque no le gustan los unos y sí le gustan los otros, cierre los ojos ante semejante atrocidad. Rechazamos la violación del derecho internacional, pero respetamos obviamente una nación que tiene un pasado y que tiene también muchas contribuciones valiosas a la humanidad. Rusia ha aportado en las artes, en la cultura, en la medicina, en la literatura.
¿Cómo quedan las relaciones con Nicaragua frente al supuesto no acatamiento del fallo de la Corte Internacional de Justicia?
En la contrasentencia reciente, la Corte demuestra que Colombia tiene derecho a seguir pescando en la parte alta del archipiélago y en todos esos cayos que son de propiedad de Colombia. Tenemos que buscar en el futuro un acuerdo para el bien común con Nicaragua, pero es muy difícil hacerlo con una dictadura. Nosotros tenemos unas comunidades raizales que han estado allí muchísimos años y tienen el mismo derecho de las comunidades nicaragüenses a compartir esa zona. Lo que ha hecho Colombia en protección de los raizales de ninguna manera es una violación de un fallo, como quiso hacer ver Nicaragua.
¿Cómo queda con Cuba?
Cuando llegué a la Cancillería encontré un estado de cosas que en Nicaragua, Venezuela y Cuba se ha mantenido. Cuba es un país muy valioso y lamentablemente ha tenido una situación muy difícil. Nosotros nos solidarizamos con la ciudadanía. Creo en las libertades y en un Estado que garantice su ejercicio. Es preocupante ver a las personas cubanas quejándose de no tener suficientes libertades. A pesar de eso, hemos procurado mantener una relación diplomática respetuosa con Cuba. Cuba en el pasado participó activamente en las negociaciones con las guerrillas colombianas, esa contribución se reconoce. Con toda la franqueza, quisiera para el futuro que Cuba, Venezuela y Nicaragua pudieran mostrarle al mundo entero un proceso democrático de elecciones transparentes y libres. Yo creo que eso es algo de lo que Colombia tiene que sentirse muy orgullosa. En esta elección que acabamos de pasar mucha gente asumió que no se iba a dejar que ganara el uno o el otro, pero tuvimos una fiesta democrática donde no importa por quién votó cada quién, todos respetamos el resultado de las urnas y eso es lo que quisiera ver en toda América Latina.
Entrevista publicada en El Espectador
Por José David Escobar Franco
Periodista de investigación y asuntos internacionales. Internacionalista con énfasis en América Latina y el Caribe.
https://bit.ly/3IJOkfX
Bogotá, 20 de junio de 2022
Los colombianos democráticamente han decidido elegir a Gustavo Petro y Francia Márquez como próximos Presidente y Vicepresidenta. La solidez democrática es el principal legado que el país entrega al gobierno electo. Hay luces para construir confianza y virtudes para seguir haciéndolo con transparencia. Nuestros cimientos como sociedad son sólidos para continuar avanzando hacia la equidad y el crecimiento inclusivo que venimos construyendo hace varios años.
Saludo con orgullo de colombiana esta nueva gesta democrática, agradeciendo a nuestra Fuerza Pública, autoridades electorales y consulados en el exterior, por haber brindado protección y garantías a todos.
Deseamos que el nuevo gobierno continue fortaleciendo las instituciones; imponga la transparencia en todos los órdenes del Estado y las instituciones políticas; contribuya a cerrar las brechas de género, con énfasis en la autonomía económica de las mujeres para reducir su vulnerabilidad ante las distintas clases de violencia, especialmente contra las mujeres rurales. Confiamos en que continúe estimulando el desarrollo económico sostenible aprovechando el aparato productivo para generar millones de empleos, porque el cierre de brechas sociales no da espera y la eliminación de la pobreza extrema y la reducción de la pobreza monetaria, solamente serán posibles con crecimiento económico y empleos de calidad, de la mano del sector privado.
Deseamos que el nuevo gobierno siga haciendo esfuerzos por reconciliar al país en torno a las instituciones democráticas con pleno apego al Estado de derecho, respetando el sistema de pesos y contra pesos, así como la Constitución y la ley.
Quienes hemos trabajado durante muchos años por nuestro país, lamentamos que este debate nacional se hubiera enfocado muchas veces con calumnias o verdades a medias, en exacerbar las debilidades y vacíos que ciertamente sufre Colombia tratando de destruir el sentimiento de respeto y dignidad nacional, en lugar de elevar la autoestima de los colombianos y generar más orgullo y sentido de pertenencia por lo que somos como nación, para construir, a partir de allí, los correctivos que nos den más confianza en el futuro y continuar la senda de progreso que nos reconocen internacionalmente.
Tengamos certeza de que somos millones los colombianos honestos y debemos seguir con orgullo, trabajando todos por la cultura de la integridad, la meritocracia en el manejo del Estado, el rechazo al clientelismo que eleve el nivel ético de nuestro país previniendo y cerrando cualquier espacio a los corruptos aprovechando las oportunidades de la tecnología y la digitalización de trámites y expedientes en el Estado.
Este no es momento para el pesimismo, ni de pensar en abandonar el país, bajar la guardia, ni claudicar en la defensa de los principios democráticos de libertades, separación de poderes, desarrollo económico, inserción y protagonismo internacional, impulso a la equidad de género, la transición energética, la diversificación productiva, la ciencia y la innovación, la mayor protección de la niñez, el acceso a la educación superior para todos los jóvenes de Colombia, el aumento exportador y el trabajo por la población informal y los vendedores ambulantes, para que hagan su tránsito hacia la formalidad.
El Estado debe acelerar el paso para llegar a todas las regiones y garantizar oportunidades a todas las generaciones y etnias que conforman nuestra maravillosa diversidad. Este es el momento en que, en lugar de hacer llamados a la resistencia, demostremos todos que queremos a Colombia llamando a la unidad y cuidando de nuestras instituciones, porque el país está por encima de todo y de todos.
Debemos organizar un trabajo serio, reflexivo, propositivo y solidario en las iniciativas valiosas del nuevo Gobierno, pero crítico y constructivo cuando a ello haya lugar. Todos nosotros tenemos la obligación de seguir trabajando con optimismo y fe por nuestro país dentro de la defensa de la institucionalidad democrática y el desarrollo económico que rompa con cualquier ilegalidad o rentas provenientes del lavado de dineros y del narcotráfico.
Pedimos a Dios, hoy más que nunca, discernimiento, que reparta sus bendiciones sobre Colombia y nos proteja de seguir la suerte de otros países.
Deseo a la nueva Vicepresidenta, Francia Márquez, primera mujer afrodescendiente en llegar a esta dignidad, muchos éxitos en su labor y desde ya me pongo a su disposición para las tareas de empalme y entrega del cargo de la Vicepresidencia de Colombia, que es sin lugar a dudas un gran honor y un tremendo desafío para seguir abriendo espacios que nos permitan a las mujeres impactar en todos los roles de liderazgo público y privado, para alcanzar pronto la mejor versión de esa Colombia segura, educada, emprendedora, justa, sostenible e incluyente, porque ese será el país en paz que hemos anhelado toda la vida.
Servir a Colombia ha sido el mayor honor de mi vida y lo hice con dedicación e integridad, con un equipo maravilloso a quienes agradezco su entrega y su amor por nuestro país.
- LEER LA VERSIÓN EN INGLÉS –
Los Ángeles, California, 08 de junio del 2022
El Gobierno de Colombia considera que, a raíz de las tres crisis que se han presentado recientemente, con grandes perjuicios para todas las naciones del mundo, y –particularmente- con consecuencias nefastas para las Américas, como son la crisis del COVID-19, la guerra de Rusia contra Ucrania y la aceleración de los efectos del cambio climático, en nuestro hemisferio han traído, no solamente la pérdida de varios millones de vidas, sino también la destrucción de riqueza, la pérdida de millones de empleos, una menor tasa de crecimiento, un aumento desbordado de la inflación, un aumento de la pobreza extrema y una pérdida de confianza en la democracia y en las instituciones por parte de nuestros ciudadanos.
Por esa razón, es necesario que cuando hablamos del deseo de estar unidos, entendamos que significa un compromiso con lograr, tanto las condiciones de confianza para la inversión y el desarrollo económico, como también estar unidos para construir un hemisferio con mejores condiciones para el desarrollo sostenible, equitativo. Un hemisferio próspero y democrático.
La democracia es un derecho: un derecho de mil millones de ciudadanos que viven en este hemisferio. La democracia representativa es una condición para el ejercicio de todas las libertades, de pensamiento, participación en política, de expresión, credo religioso, la libertad en todos los órdenes de la vida económica y social. Y es por esa razón que el deseo de estar unidos no puede, de ninguna manera, desconocer la necesidad de todos de poder progresar, en la medida en que solamente a través de la democracia se puede garantizar ese progreso en el hemisferio.
¡Solamente cuando hay democracia, hay garantía del respeto a los derechos humanos y el derecho a las libertades de los ciudadanos! ¡Solamente cuando hay democracia, hay transparencia en el uso de los recursos públicos, para el bienestar y el bien común, para lograr que el Estado funcione para el bien común! Por esa razón, el hemisferio necesita más OEA y no menos OEA. Necesitamos una OEA fortalecida y que garantice la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, que fue aprobada por todos nosotros en el año 2001.
No ha habido ninguna cumbre presidencial posterior al 2001 que haya derogado esa Carta Democrática; luego el problema no es la OEA, sino es la falta de democracia que acusan varios países del hemisferio. Evidentemente, tenemos que buscar escenarios en donde nos podamos sentar, todos los que estamos aquí representados y también los que no están acá representados, para compartir juntos las experiencias, para ayudarnos mutuamente, a través de una mayor cooperación, con el fin de superar los efectos de estas tres crisis a las que he hecho referencia y para lograr que haya soluciones de corto y de largo plazo, que nos garanticen esa inclusión laboral y mayores niveles de bienestar.
Pero esos espacios de diálogo y de compartir juntos tenemos que lograrlos dentro de la OEA y a partir de la OEA. Estados Unidos y todos los demás gobiernos, tenemos que facilitar esos espacios de diálogo, de complementación y de cooperación entre todos los países del hemisferio. Pero esa cooperación y esa unidad no puede hacerse a costa de desconocer el imperativo ético y el imperativo de respeto a las libertades y de garantía de los derechos humanos.
La democracia requiere alternación en el poder, requiere el derecho de los ciudadanos a elegir libremente y de manera transparente a sus gobernantes. La democracia requiere elecciones que cuenten con, inclusive, comisiones de observación electoral.
La democracia es la única manera de lograr que se puedan solucionar los temas de exclusión por género, por etnias y, por supuesto, que se pueda incorporar a tanta población informal que está sufriendo en nuestro hemisferio niveles de pobreza sin precedentes. Por esa razón, Colombia considera que el fortalecimiento de la OEA debe ser el compromiso de todos los gobiernos acá representados.
Como señaló el representante del gobierno argentino, sin duda, hay otros organismos y otros foros como CELAC, pero –desafortunadamente- CELAC no incluye a todos los países. Sí queremos hablar de un hemisferio unido, tenemos que buscar escenarios que incluyan a todos por igual. Y hoy, CELAC excluye a parte significativa de Norteamérica, cuando lo que queremos es hablar de un hemisferio que avance unido hacia el progreso, hacia la democracia, hacia el bienestar, hacia la eliminación de la pobreza y hacia la garantía del respeto a los derechos humanos.
Hoy, los desafíos de nuestro hemisferio son muy grandes y tenemos que aprovechar mejor este mercado de 1.000 millones de personas y la oportunidad de desarrollar cadenas de valor agregado y lograr unas economías realmente integradas, para la prosperidad, el empleo y mayor bienestar de todas las Américas.
Entonces, la unión de todos los países no puede ir en contravía con la convicción de defender la democracia. Los países donde no hay democracia, están sufriendo la permanente migración de sus ciudadanos y esa migración nos afecta a todos: a cada uno en distinta manera. A Colombia, en particular, le afecta enormemente la migración venezolana y de otros países. De tal manera que unidos –sin duda- podemos avanzar, pero también unidos necesitamos defender las libertades, los Derechos Humanos y esa democracia tan necesaria en nuestro hemisferio.
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Los Angeles, California, June 08, 2022
The Government of Colombia considers that, as a result of the three crises that have recently occurred, causing great damage to all the nations worldwide, and – particularly – with dire consequences for the Americas, such as the COVID-19 crisis, Russia’s war against Ukraine and the acceleration of the effects of climate change, not only considering the loss of several million lives, but also the destruction of wealth, the loss of millions of jobs, a lower growth rate, an unprecedented increase in inflation, an increase in extreme poverty and a loss of confidence in democracy and institutions on the part of our citizens.
For that reason, it is necessary that when we talk about the desire to be united, we understand that it means a commitment to achieve both the conditions of confidence for investment and economic development, as well as to be united to build a hemisphere with better conditions for sustainable and equitable development. A prosperous and democratic hemisphere.
Democracy is a right: a right of one billion citizens living in this hemisphere. Representative democracy is a condition for the exercise of all freedoms: of thought, participation in politics, of expression, religious creed, freedom in all areas of economic and social life. And it is for that reason that the desire to be united cannot, in any way, ignore the need for everyone to be able to progress, bearing in mind that only through democracy can that progress be guaranteed in the hemisphere.
Only when there is democracy we can find a guarantee of respect for human rights and the right to freedoms of citizens! Only where there is democracy, there is transparency in the use of public resources, for the welfare and the common good, to make the State work for the common good! For that reason, the hemisphere needs to have more OAS, and not less OAS. We need a strengthened OAS that guarantees the implementation of the Inter-American Democratic Charter, which was approved by all of us in 2001.
There has been no presidential summit after 2001 that has repealed that Democratic Charter. The problem is not the OAS, but the lack of democracy that troubles several countries in the hemisphere. Obviously, we have to look for scenarios where we can sit, all of us who are represented here, and also those who are not represented here, to share experiences, to help each other, through greater cooperation, in order to overcome the effects of these three crises to which I have referred and to ensure that there are short- and long-term solutions, that guarantee us that labor inclusion and higher levels of well-being.
But these spaces for dialogue and sharing together must be achieved within the OAS and coming from the OAS. The United States, and all other governments, we need to facilitate these spaces for dialogue, complementarity, and cooperation among all the countries of the hemisphere. But such cooperation and unity cannot be done at the cost of ignoring the ethical imperative and the imperative of respect for freedoms and the guarantee of human rights.
Democracy requires alternation in power, it requires the right of citizens to freely and transparently elect their leaders. Democracy requires elections that include electoral observation commissions.
Democracy is the only way to ensure that the issues of exclusion by gender, by ethnicity can be solved and, of course, that so many informal populations that are suffering unprecedented levels of poverty in our hemisphere can be incorporated. For that reason, Colombia believes that strengthening the OAS must be the commitment of all the governments represented here.
As the representative of the Argentine government pointed out, there are undoubtedly other organizations and other forums such as CELAC, but – unfortunately – CELAC does not include all countries. If we want to talk about a united hemisphere, we must look for scenarios that equally include all participants. And today, CELAC excludes a significant part of North America, when what we want is to talk about a hemisphere that advances united towards progress, towards democracy, towards well-being, towards the elimination of poverty and towards the guarantee of respect for human rights.
Today, the challenges of our hemisphere are very great and we have to take better advantage of this market of 1,000 million people and the opportunity to develop value-added chains and achieve truly integrated economies, for prosperity, employment and greater well-being of all the Americas.
Therefore, the union of all countries cannot go against the conviction of defending democracy. Countries where there is no democracy are suffering from the permanent migration of their citizens and that migration affects us all: each one in different ways. Colombia, in particular, is greatly affected by migration from Venezuela and other countries. In such a way that united – without a doubt – we can move forward, but also, united we need to defend freedoms, Human Rights and that democracy so necessary in our hemisphere.
Colombia backs peace treaty with FARC but deal fails to oblige group to ‘real commitment,’ says Marta Lucia Ramirez
Ankara, 2 de abril de 2022
The peace process between Bogota and the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC) depends on the rebel group’s being “committed to being 100% legal,” said Colombian Vice President Marta Lucia Ramirez.
Underlining that the process to have peace is not “interesting enough” for a group that has been involved in narco-trafficking for 50 years, Ramirez told Anadolu Agency that the government supports the peace deal signed in 2016 but the agreement fails to oblige FARC to “real commitment” to bring information about cartels, producing and marketing drugs.
“They were not obliged to provide information about their assets abroad, in Colombia and in different parts of the world,” she said. “They were not obliged to provide information about types of drugs, how they are produced and how they are marketing to the entire world.”
“So that’s why we were critical about this aspect of the peace treaty with FARC and that’s why we said it was not real peace. Because when you have drugs you have no peace. When you have drugs, you have violence, you have murders and that’s what Colombia has been suffering,” she said.
On assassinations of the former FARC members, Ramirez said that those people were killed by their former allies only because they showed commitment to the government by leaving narco-trafficking.
“So this is the main reason why we are having these murders of former combatants so far. And for us, this is very frustrating because we want the people who really leave drugs and who really are committed to peace to survive,” she said.
Noting that since peace negations began, more than 12,000 people left the rebel group, she said 92% are currently involved in economic rights and social activities, and they are having a legal life.
“If they are committed to being 100% legal, and if they’re 100% committed to respecting law … I am ready to accept that they don’t go to jail,” she added.
Ramirez, who is also the foreign minister, asked for better cooperation against drugs from the international community, saying it is key for Colombia to have “real and sustainable peace.”

Russia-Ukraine conflict’s effect on Colombia
Reiterating Colombia’s stance that rejects the Russian “invasion” of Ukraine, Ramirez said Russia’s war not only costs human lives but causes worldwide economic damage as inflation rates and prices, including oil, gas and different natural resources, are on the rise.
She said economies are already devastated by the coronavirus pandemic and now are challenged by Moscow’s “unfair” war on Kyiv.
“So what we expect is that the international law will be respected. What we expect is that this war ends as soon as possible because nobody deserves to be killed and to be expelled from their own country,” she said.
Ramirez stressed that the main concern for Colombia is the production of grain and that is why the country has to try to fill the gap with other markets, as well as increase local production.
Moscow’s Black Sea blockade delays crucial grain exports and the UN voiced concern that it may cause a deepening hunger crisis in countries such as Yemen and Ethiopia.
But Ramirez noted that “Colombian grain relation with Russia has been very low, very small. So we wouldn’t have very big direct consequences.”
On oil and gas prices she said Colombia produces both but it is “not a big exporter.”
“And people think maybe the countries that produce (oil and gas) are going to benefit because prices go up, but I think nobody is going to benefit, because no matter if you’re receiving more money with higher prices of oil or gas, at the same time, you’re paying a very high cost because this inflation in the entire world,” she said, stressing that “nobody is having any benefits.”
It is affecting everybody and that is why it needs to be solved as soon as possible, she added.
She also underlined Turkiye’s leadership role in mediation and to find a solution to end the war, saying Colombia sees it as “very positive.”

Colombia-NATO relations
Asked whether Colombia is considering seeking full NATO membership after Russia’s war in Ukraine, Ramirez said it is “something that we haven’t considered yet.”
She added that Bogota finds it “okay” to keep the global partner status that it assumed five years ago.
Colombia has “very positive relations with almost all the members of NATO,” she noted and said the government recognizes that it is an “important” alliance as members support each other in trying to ensure peace in the world and sharing information about possible threats against any members of the international community or the members of the alliance.
She said nowadays, there are so many different threats, including cyber security and terrorism and Colombia has “suffered a lot” from terrorism.
Presidential elections
Regarding the upcoming May 29 presidential elections in Colombia, Ramirez said her country is “the most stable democracy in Latin America,” because it has had democracy when other regional countries have dictatorships.
“So this is the value for us to have a democracy and no matter who the Colombians choose in the next elections it’s important that we are to stand for democracy,” she said.
Noting that Colombia used to have “very high levels” of extreme poverty, she said in the last 25 years, it has been reduced.
“Unfortunately, now, because of COVID-19, we went back like 10 years in terms of the reduction of poverty,” she said. “But for us, it’s clear that only through a good democracy and a good economy we can improve the conditions of life for Colombians.”
“So the decision that Colombians to take in the next elections gonna be the decision that will maintain the stable democracy,” she said.
Migration issue
Migration is an issue that Colombia and Turkiye have in common, the vice president said. It is also something that both countries “have to be proud of” for showing solidarity to Venezuelan and Syrian refugees.
Ramirez warned about the new migration flow from Ukraine to many countries.
“We have to think how to handle migration, how to prevent it and how this migration that comes with the violence is different than migration that comes with the lack of opportunities.”
She emphasized that every country has to be responsible to provide opportunities to their citizens while trying to provide migrants and their families with better conditions.
Bogota “cannot act carelessly” about migrants who use the country as a transport route to the US and Mexico due to Colombia’s geographical position located in the middle of Latin America, she said, adding it can also cause a collapse of those countries.
First, we need to figure out how to prevent migration, second, how to help people who have this process of migration, and then how to provide housing, jobs and school for their children, she said.
Giving the example that Colombia still has a double-digit unemployment rate because of the pandemic, she said “it’s too difficult to provide jobs to all of Venezuelans in Colombia but we said that we are going to try, we are going to do the best effort in order to give them the opportunity.”
She noted that Colombia has temporary protection status for migrants in common with Turkiye, saying it began more recently than Turkiye.
“We have to learn from the Turkish experience,” she said, as that country hosts 4 million refugees, mostly Syrians — more than any other country in the world.
According to date from the World Bank, an estimated 1.7 million people from Venezuela live in Colombia — about 32% of all Venezuelan migrants in Latin America.
She urged the international community to financially help countries like Turkiye and Colombia instead of only applauding their “great” work in handling because the huge number of migrants can have a heavy toll on the budget of the countries.
Entrevista publicada en Américas
https://bit.ly/3uTmpmW
Por: Marta Lucía Ramírez
Vicepresidente y Canciller de la República
Corría el año 2010 cuando Colombia presenció una de sus mayores tragedias naturales: el caudal del río Magdalena hizo ceder una barrera del canal del Dique, dejando un saldo aproximado de 173.000 personas afectadas, más de $ 200.000 millones en pérdidas e impactos en los servicios básicos de la población, además de una grieta abierta que seguiría causando traumatismos en la zona.
Por tanto, cuando llegamos al Gobierno, la construcción del canal del Dique se convirtió en prioridad y nos fijamos la meta inaplazable de cumplirle a la costa Caribe. Hoy, con satisfacción, podemos afirmar que la angustiosa espera terminó: abrimos –este mes– el proceso licitatorio para hacer realidad la obra ambiental más importante de inicios de este siglo, en América Latina.
Gracias al liderazgo y la voluntad política del presidente Iván Duque, y a los esfuerzos de las diferentes entidades del Gobierno Nacional y territorial, contamos con una solución planeada y diseñada con toda la rigurosidad técnica, ambiental, social y financiera, con el generoso apoyo del Banco Mundial. También han sido destacables la gestión y disposición del Ministerio de Hacienda, que dio una aprobación de riesgos y condiciones financieras, en tiempo récord, a la megaobra que generará cerca de 60.000 empleos directos, indirectos e inducidos, y beneficiará a más de 1’500.000 habitantes de Bolívar, Sucre y Atlántico.
Este proceso licitatorio representa el inicio de un sueño: el megaproyecto fluvial de la Quinta Generación de Concesiones, con más de $ 3 billones en inversión, que, junto con la APP Río Magdalena, potenciará la competitividad, el comercio y el turismo en las poblaciones ribereñas. Desarrollar estos dos proyectos reducirá los costos de transportar un contenedor entre Bogotá y la costa Caribe en un 50,4 % (DNP, 2021).
Y es que el canal del Dique no es solo una moderna e imponente obra de infraestructura fluvial, sino que también encarna un inmenso componente social, de adaptación al cambio climático y descontaminación de la bahía de Cartagena; es una inversión que va a transformar toda una región, garantizará el acceso al agua potable de los municipios aledaños y, de manera particular, de Cartagena; disminuirá la afectación en islas del Rosario por los sedimentos; facilitará la conexión ciénaga-ciénaga, con el canal que se había interrumpido, e impulsará la posibilidad de emprendimientos agropecuarios y piscícolas, así como la construcción de distritos de riego.
¡Si no se interviene el canal del Dique, el daño ambiental y humano sería irreparable! El mismo Alejandro de Humboldt, al transitar por estar tierras, advirtió sobre la variabilidad temporal, excesiva sedimentación y dificultad de intervenir este canal en 1801. Así las cosas, al mantener el control de tránsito de sedimentos, se garantizará el acceso a agua dulce y recurso hídrico para actividades productivas y de saneamiento, se permitirá el flujo de fauna marina y se recuperarán ecosistemas.
De esta manera, no solo honramos un compromiso con la gente, dejamos un legado de infraestructura sostenible para mejorar la calidad de vida de nuestras poblaciones; abrimos una nueva ventana al mundo para el desarrollo de Colombia, desde las regiones. Así mismo, mediante la apuesta de la infraestructura sostenible y con valores sociales, nos proyectamos como eje integrador del hemisferio, conectando con iniciativas globales como Build Back Better y Global Gateway, e incentivando proyectos intermodales que hagan frente al cambio climático y garanticen mejor calidad de vida.
Y aunque no estaremos para inaugurar la puesta en marcha de este ambicioso proyecto, nos llena de alegría plantar esta semilla próspera para el Caribe y para toda Colombia, porque la infraestructura es y debe seguir siendo una política de Estado.
Publicada en El Tiempo
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