Es verdad que, en perspectiva, creo que hubiese sido mejor ser más abierta sobre el hecho. Sin embargo, aunque hay un debate sobre la mejor manera de proceder en un caso como este, lo cierto es que si fui sincera sobre este tema, que además ya era conocido y nunca escondí nada al respecto. Aunque no es una obligación legal seguir dando a conocer una circunstancia de esta naturaleza para acceder a un cargo público, aun así se lo conté a mis potenciales jefes cuando entré en la vida pública antes de que me apuntaran, especialmente cuando era un hecho reciente. La razón para no ser más explícita fue una personal, el de ahorrar más dolor a mi familia. Después de todo, mi hermano efectivamente cumplió su condena correspondiente y pasó página de ese hecho lamentable, como debe ser.
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